Ya estamos en noviembre. Este mes en el que la mayoría de las escorpionas salen a celebrar su cumpleaños, también nos trae la última Bisagra del 2008. Esta vez viene llena de poses (no necesariamente glamorosas) pues tocamos el tema de las posiciones que ellos prefieren para gozar del sexo, así como las razones principales de esas preferencias. Aquí les van, en orden de importancia:
La Vaquera. Esta pose fue, por excelencia, la más votada por los chicos. Supongo que nada tiene que ver con que parezca que los estamos montando y por lo tanto se sientan caballos con así “montura”. Aunque algunos la llaman “woman on top”, a mí me parece que debería llamarse “la vaquera” ya que involucra tanto cierta gracia para la equitación como habilidades para el rodeo, pues cuando la cosa se torna emocionante o la montura se pone “chúcara”, hay que agarrarse porque la que se cae, pierde. Ellos dicen que esta posición es la mejor porque la mujer puede llevar el ritmo de los movimientos, la penetración es profunda y aparte les da acceso manual (jugar pelotas, hacer la mamografía, tocar botones, etc) y visual al goce de su pareja.
Manos arriba, contra la pared. No, no es un asalto ni un arresto; es la segunda pose más votada. Por lo que me dijeron, en esta posición los chicos se sienten como mono en botica: pueden tocar todo lo que les de la gana, lo cual sabemos que es un gran motivo de excitación, aunque no tanto como el hecho de que en este caso sean ellos quienes tienen el control en su poder. Alguno mencionó incluso un par de ganchos de hierro convenientemente ubicados en la pared/escena de los hechos, para tener mayor agarre y tracción (¡eso 4x4!). Una variante de esta pose (sin pared por delante), dicen, también es muy exitosa para un “rapidín” en un ascensor, una multitud a oscuras, un clóset o un baño… ¡Imagínense nada más la creatividad! Qué muchachos…
El perrito. Esta sí que tiene mal puesto el nombre pues debería llamarse, en todo caso, “los perritos”, ¿no creen? La mujer en cuatro patas al mejor estilo canino; el hombre por detrás (generalmente de pie), otra vez con el control total de los movimientos y las manos en las caderas de la feliz víctima, dispuesto a jugar piloto de pruebas. De nuevo en este caso, la penetración es tan profunda como pueda ser (sin que llegue a empalar a la susodicha) y con la respectiva alta dosis de estimulación para ambas partes.
De medio lado. En esta pose, la chica va abajo, acostada boca arriba pero con las dos piernas juntas hacia un lado, como montando a caballo en el siglo antepasado (¡y dale con los caballos y las monturas!), y el hombre arriba. Parecería una versión mejorada del misionero con la diferencia de que, al estar las piernas de la mujer cerradas, se quebrantan todas las leyes de la física cuando al crecer la fricción esta, en vez de desacelerar, más bien aumenta la velocidad de los acontecimientos, para un final soñado de cuento tres equis con gritos y gemidos a la orden del día.
De cuclillas. Aquí se cumple literalmente aquello de “al cielo rezando y con el mazo dando” solo que ya sabemos de cual mazo hablamos. El hombre está de rodillas con la chica acostada boca arriba y las caderas levantadas a la altura el mentado “mazo”; las piernas de ella van apoyadas en los hombros de él. Suena a contorsionismo femenino, ¿verdad? Pues ellos dicen que no, que por el contrario es una pose bastante descansada para la mujer en la que casualmente (y sólo casualmente) ellos tienen otra vez el control de la jugada. No importa. A nosotras nos gusta que tomen el control de vez en cuando.
Y bien, ese fue el Top Five de las poses favoritas de ellos. En una próxima Bisagra hablaremos de la contraparte de esta edición, con fines meramente informativos que, esperamos y estamos seguras, los chicos sabrán aprovechar.
Les deseo unas placenteras fiestas de navidad y fin de año. Nos leemos en el 2009.
La Vaquera. Esta pose fue, por excelencia, la más votada por los chicos. Supongo que nada tiene que ver con que parezca que los estamos montando y por lo tanto se sientan caballos con así “montura”. Aunque algunos la llaman “woman on top”, a mí me parece que debería llamarse “la vaquera” ya que involucra tanto cierta gracia para la equitación como habilidades para el rodeo, pues cuando la cosa se torna emocionante o la montura se pone “chúcara”, hay que agarrarse porque la que se cae, pierde. Ellos dicen que esta posición es la mejor porque la mujer puede llevar el ritmo de los movimientos, la penetración es profunda y aparte les da acceso manual (jugar pelotas, hacer la mamografía, tocar botones, etc) y visual al goce de su pareja.
Manos arriba, contra la pared. No, no es un asalto ni un arresto; es la segunda pose más votada. Por lo que me dijeron, en esta posición los chicos se sienten como mono en botica: pueden tocar todo lo que les de la gana, lo cual sabemos que es un gran motivo de excitación, aunque no tanto como el hecho de que en este caso sean ellos quienes tienen el control en su poder. Alguno mencionó incluso un par de ganchos de hierro convenientemente ubicados en la pared/escena de los hechos, para tener mayor agarre y tracción (¡eso 4x4!). Una variante de esta pose (sin pared por delante), dicen, también es muy exitosa para un “rapidín” en un ascensor, una multitud a oscuras, un clóset o un baño… ¡Imagínense nada más la creatividad! Qué muchachos…
El perrito. Esta sí que tiene mal puesto el nombre pues debería llamarse, en todo caso, “los perritos”, ¿no creen? La mujer en cuatro patas al mejor estilo canino; el hombre por detrás (generalmente de pie), otra vez con el control total de los movimientos y las manos en las caderas de la feliz víctima, dispuesto a jugar piloto de pruebas. De nuevo en este caso, la penetración es tan profunda como pueda ser (sin que llegue a empalar a la susodicha) y con la respectiva alta dosis de estimulación para ambas partes.
De medio lado. En esta pose, la chica va abajo, acostada boca arriba pero con las dos piernas juntas hacia un lado, como montando a caballo en el siglo antepasado (¡y dale con los caballos y las monturas!), y el hombre arriba. Parecería una versión mejorada del misionero con la diferencia de que, al estar las piernas de la mujer cerradas, se quebrantan todas las leyes de la física cuando al crecer la fricción esta, en vez de desacelerar, más bien aumenta la velocidad de los acontecimientos, para un final soñado de cuento tres equis con gritos y gemidos a la orden del día.
De cuclillas. Aquí se cumple literalmente aquello de “al cielo rezando y con el mazo dando” solo que ya sabemos de cual mazo hablamos. El hombre está de rodillas con la chica acostada boca arriba y las caderas levantadas a la altura el mentado “mazo”; las piernas de ella van apoyadas en los hombros de él. Suena a contorsionismo femenino, ¿verdad? Pues ellos dicen que no, que por el contrario es una pose bastante descansada para la mujer en la que casualmente (y sólo casualmente) ellos tienen otra vez el control de la jugada. No importa. A nosotras nos gusta que tomen el control de vez en cuando.
Y bien, ese fue el Top Five de las poses favoritas de ellos. En una próxima Bisagra hablaremos de la contraparte de esta edición, con fines meramente informativos que, esperamos y estamos seguras, los chicos sabrán aprovechar.
Les deseo unas placenteras fiestas de navidad y fin de año. Nos leemos en el 2009.
1 comentario:
No me suena verdad esa encuesta. Una que conduje, de manera imparcial y exhaustiva, dijo que la favorita es el doggie-style (el perrito). Te dejo la inquietud.
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