La excepción de la regla

Una de las principales características que definen a la mujer, fisiológicamente hablando, es la capacidad de menstruar. Porque senos puede tener cualquiera (he visto maes que tienen más tetas que yo) y de hecho, hay tipos que se ven más femeninos y más lindos que cualquier Miss Universo.

La menstruación o regla es esa molestia, por lo general de cada mes, que sentimos las mujeres cuando el cuerpo expulsa los óvulos que no se fecundaron. Y digo molestia porque, dejémonos de varas, es molesto.

El video que les comparto en este post me lo pegó una querida amiga en mi muro de Facebook y me hizo tanta gracia que decidí escribir acerca de la “maravilla” a la que llamamos regla.

Esa hablada de que es la mayor dicha que tiene la mujer, por ser el proceso inicial para crear más vida, es sólo un gigantesco eufemismo. Sí, es una dicha poder procrear (para todas aquellas mujeres que tengan ese instinto maternal, claro está) pero como casi todo en esta vida, no hay almuerzo gratis.

Esos dolores, la hinchazón del vientre, el sangrado y, lo peor, los cambios de humor no son ningún día en el parque. Tampoco es que son el infierno en la tierra, como dice una de las chicas del video (que por cierto presenta una parodia muy jocosa del tema), pero hay que dejar claro que no son nada divertidos.

Con lo del dolor, mi ginecólogo me dijo una vez algo que nunca se me olvidó y que he adoptado como filosofía menstrual desde entonces. Él dice que las mujeres modernas tenemos la culpa de que el dolor de vientre haga estragos en esos días del mes. “Ustedes saben cuándo les va a doler, porque no me diga que no lo presienten. En ese momento lo que deben hacer es tomarse una pastillita para el dolor y prevenir el sentirse mal cuando llega.” Y tenía razón el doc; de algo le sirvieron los 10 años en la escuela de medicina.

Respecto al sangrado, no me cansaré de repetir hasta la muerte que uno de los mejores inventos de toda la historia de la humanidad, para nosotras las mujeres, ha sido el tampón. Yo no recuerdo mi vida menstrual antes del tampón, o no la quiero recordar. Las toallas me parecen tan arcaicas que ahora están limitadas a esos días fuertes de la regla en los que, por recomendaciones médicas fuertes, no se debe dormir con el tampón puesto.

Ahora, acerca del asunto de la hinchazón de vientre tengo que decir que es probablemente la parte más molesta de todo esto. Todas y todos sabemos que hay una sola forma de solucionar eso y no es nada agradable.

Con lo de los cambios de humor, a mí nunca me había pegado muy duro el PMS (Síndrome pre-menstrual por sus siglas en inglés), pero he notado que conforme colecciono calendarios, esa majadería se hace más y más intensa. Es entonces cuando vuelvo a mi tesis de ¡qué pereza con la regla!

Con todo y todo, no podemos ser tan radicales y basurearla tanto porque no todo es tristeza cuando viene: a veces más bien una (u otro) la espera con demasiada anticipación. Recordemos que, dentro de una mala planificación, la excepción de la regla generalmente dura nueve meses.